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Una de las consecuencias de la actual crisis en Venezuela es el trabajo infantil. Desde temprana edad, muchos menores se ven obligados a salir a la calle para ganar dinero para comprar sus propias cosas, sometidos a todo tipo de humillaciones, desprecios e incluso peligros.
Según medios locales, los menores de edad sufren hambre y sed todos los días y muchas veces son víctimas de explotación sexual. En algunos casos, son objeto de graves males, como el abuso de drogas.
Niños de 6 a 14 años, frente al intenso sol y armados únicamente con una pequeña honda y un balde de agua jabonosa, se ofrecen a limpiar las ventanas, ya que supuestamente lo que sus padres llevan a casa no es suficiente para alimentar a la familia.
“Llevo mucho tiempo trabajando y lo más duro de la carretera es el sol, que a veces es muy fuerte y nos da dolores de cabeza, además hay conductores que maldicen mucho y no nos dejan”. Dijo Pedro, un niño al cual le toca soportar el sol del día a día.
Otros lugares frecuentados por los niños puede ser el mercado de la ciudad, donde algunos vendedores, afortunadamente, les permitirán descargar mercadería e incluso atender a los lugareños. Sin embargo, los expertos aseguran que es en lugares como este donde son explotadas sexualmente.